De la guerra social.
Del Plan Puebla-Panamá al Plan Mesoamerica, de las masacres en Iguala, o en Apatzingan a las fosas clandestinas en Veracruz; del asedio a las comunidades Mayas rebeldes durante la guerra de castas al intento de exterminio hacía los Yaquis durante el porfiriato, el Fracking al norte del Estado de Veracruz o las mineras en San Luis; desde Baja California dónde conflictos energéticos y mineros tienen lugar y también vemos a los jornaleros salir de sus trabajos a entablar bloqueos para mejorar sus condiciones (casi de esclavos) a los problemas en Holbox dónde el desalojo de habitantes por los granaderos se da para hacer un sitio turístico.
La colonización no es algo del pasado, aún si se le llama neo-colonización la idea es la misma: Imponer por los medios necesarios un sistema de pensamiento y forma de vida a las diversas poblaciones para tener el control no sólo de la gente o del agua, sino englobando todo en “recursos”. El control no sé da únicamente de manera política sino también militar, económica y educacional. A lo largo y ancho del territorio ocupado por el Estado Mexicano existen conflictos por mineras, hidroelectricas, extracción de hidrocarburos por metodos convencionales y no convencionales, existen conflictos por los bosques, el suelo, el agua y muchas otras razones. Mucha gente se ve envuelta en estos conflictos de manera voluntaria o involuntaria, pues se genera desplazamiento, violencia, conflictos por linderos y resistencia entre otras cosas.
Es en esta dimensión, con los conflictos, que hablaré de guerra social definiendola como “un conflicto agudo entre componentes antagónicos que se perciben como enemigos irreconciliables en la busqueda de eliminación del otro no sólo de manera económica o política sino también físicamente”.
Ahora ¿por qué guerra social?
Examinando las estratégias para la realización de muchos megaproyectos, para el control de poblaciones (como se dice en lenguaje militar), la militarización, el control social y en general la busqueda por el “desarrollo” me parece negligente no ver una guerra, si bien no declarada al menos en proceso.
No es que en este caso Peña Nieto sea el mal encarnado y busque ser malo a priori, la cosa va más lejos pensando desde las políticas de desarrollo guiádas por los manuales del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo entre otros; que en orden de sostener la economía toman “medidas” necesarias y muestran caminos a tomar. Un ejemplo de este desarrollo es Grecia y la crisis desde 2008. El hecho de que la crisis no termine de quebrar el sistema es que la crisis se ha vuelto una herramienta del mismo, dice el Comité Invisible. Así como en Grecia el rescate de la banca en España obedece intereses por demás ajenos a quienes en condiciones de pobreza poco pueden opinar al respecto. Los teatros políticos no hacen sino distraer de lo que está pasando, diciendo que si tal partido es responsable por la incursión militar en la zona tal o que si fue el narco el que disparo en contra de la gente desarmada, pero eso ha de cambiar con la alternancia; olvidan por cierto cuándo dicen que la privatización y la entrada del capital extragero va a dañar “al país” que ellos quieren también el desarrollo pero con capital nacional. Y no suena tan mal, es decir ¿cómo podría ser que estuviesemos en contra del desarrollo?
A no ser que ese desarrollo implique que construyan una presa en el río que alimenta nuestra comunidad y el paisaje en el cuál se desenvuelve, o quizás si por poder traer más trabajo deban cambiar el uso del suelo a “industrial” y las tierras que antes se cultivaban deban ser calificadas de tierras ociosas y se construya “algo nuevo ahí”, o en la ciudades puede que el desarrollo haga que los precios de la renta y los insumos suban pero ya tendremos “más posibilidades” (de consumir, claro).
Ahora pensando en la cantidad de conflictos con comunidades indigenas no parece algo fortuito, ni para nosotros ni para el Estado. La militarización toma entonces la función de prevención:
Si se considera que todo individuo es potencialmente un criminal hay que tomar medidas preventivas como el alumbrado público o la pavimentación de caminos, tomo esos dos ejemplos por ser reelevantes en terminos de estrategia militar:
Si el terreno está obscuro más riesgo implica, pero si las zonas que de noche podrían ser peligrosas están alumbradas hay más probabilidad de operaciones exitosas, por otro lado los caminos pavimentados no son nada más obras civiles benefician a la población sino que son vías de movimiento en caso necesitar la incursión de tropas desde distintos puntos. Que siempre sean promesas de campaña e incluso promesas cumplidas no obedece nada más a las necesidades de la gente.
Todo lo anterior me lleva ahora a la contrainsurgencia.
Los teóricos militares definen contra insurgencia como una carrera con los insurgentes por ganar los corazones y mentes de las poblaciones. Por corazones se refieren a hacer a la gente creer que ayudar al militar obedece a sus mejores deseos y por mente es hacer a la gente pensar que los militares pueden protegerlos y que no tiene sentido resistirseles.
Las tácticas de contrainsurgencia pueden ser dividas en varias formas, algunas muy directas como lo son las operaciones anti guerrillas que consisten en despliegues militarres convencionales y el objetivo es acabar con el enemigo; otras son más sutiles: Las operaciones de información entran en este aspecto.
Las operaciones de información lo que buscan es obtener datos sobre las areas dónde existen insurgentes o posibles insurgentes, los datos recolectados son muy similares a los de un censo poblacional: Cuántos habitantes hay, dónde viven, qué poseen, qué recursos tienen, etcétera. Con estos datos los contrainsurgentes pueden tomar desiciones como si alguien debería o no debería vivir en una zona determinada. La mayor parte de la información de estas operaciones está en el manual de campo 3-24 de los cuerpos de Marins estadounidenses.
Este manual también explica que para controlar una población de manera efectiva se debe buscar alianza con las autoridades locales o de las “naciones huespedes”, impulsar programas de desarrollo social, empleos, impulsar la cultura de la zona y demás maniobras que permitan no sólo el flujo de información sino la aceptación en el área.
¿Qué relación encuentro entonces entre Guerra Social y contrainsurgencia?
Ambas al ser formas de guerra no convencionales operan fuera de la delimitación juridica o tratados internacionales pues pueden ser llevadas acabo por distintas fuerzas armadas, en el caso del estado Mexicano cuenta con el Ejercito, la Marina, el narco y otras formas de paramilitarismo.
En el caso de ambas podemos observar que la militarización, la modificación geográfica-arquitectural, la información y la colaboración con individuos o colectivos se vuelve necesaria: La información siempre es más precisa si viene de fuentes locales, en este aspecto la colaboración se puede dar con organizaciones no-gubernamentales, científicos sociales como los antropólogos y demás individuos o colectivos que tengan conocimiento del terreno tanto físico como “el terreno humano”.
Para poner un caso de ejemplo en el Istmo de Tehuantepec está la empresa Mareña Renovables (ahora Energía Eólica del Sur), que durante el desarrollo y construcción de los parques eólicos realizo investigaciones de campo sobre opinión pública, movimientos sociales y espacios culturales entre otras cosas. Impulsando de manera conjunta con el gobierno municipal programas de rescate del Zapoteco o Didxazaa, programas de empleos, eventos culturales como exposiciones fotográficas y otras pantallas, la empresa desvió la atención de que sus parques eran resguardados por paramilitares, ocultó que la PABIC, la policia auxiliar bancaria industrial y comercial, está relacionada con ejecuciones a personas que se oponian al proyecto eólico. Uno de los parques (construido sobre tierras comunales) está de paso a una capilla llamada “diez pescadores”, lugar al que los pescadores van en peregrinación año con año. En está zona la empresa destruyo los caminos comunales y construyo nuevas redes de caminos a los cuales la población no tiene acceso, de esta manera el modificar el terreno rompe con la ventaja de los pobladores de conocer el área; así cuándo las personas iban a protestar o entraban en áreas que la empresa clasificó como “restringidas” eran facilmente sorprendidos por pistoleros, policías o mercenarios.
La coolaboración con sindicatos locales se dio con promesas de empleo, lo que ayudó a romper el tejido comunitario de la zona y así aislar a los opositores. Es visible entonces como las estrategias de mercado de la empresa no son muy distintas a las maniobras de contrainsurgencia de los militares.
Entonces, la contrainsurgencia usada como herramienta preventiva (o guerra generacional) también consiste en la construcción de escuelas y el impulso de programas educativos. Pensar la escuela como un aparato ideológico puede ayudar a aclarar el punto.
Una vez puestos en marcha los programas educativos, tanto los contrainsurgentes como el Estado pueden minar las posibilidades de una insurrección modificando los valores de los más jovenes que muy posiblemente buscarán “mejores trabajos”, lo que implica muchas veces moverse a la ciudad y empiezan los fenomenos de migración que rompen de muchas maneras con los tejidos comunales:
La gente va y viene de las ciudades, trayendo consigo nuevas ideas de desarrollo, nuevos recursos y esto va generando un desapego a la tierra que será más facilmente vendida de esta manera.
Claro que habrá quienes no vendan sus tierras, que resistan y se opongan y es ahí dónde las operaciones de lectura del terreno humano rinden frutos; las compañias al tener información de la población sabe quienes son los propietarios de los terrenos que les interesa y por ende no tiene que pasar preguntando a una población, sino que hace tratos directos que después de hacerse públicos pueden generar rupturas en el tejido social.
Entonces, contrainsurgencia y guerra social:
Si consideramos que el Estado Mexicano está librando esta guerra de exterminio hacía las distintas formas de organizar la vida, que no aceptan el modelo neoliberal, el modelo de expansión industrial o como le llamemos; si consideramos que esa guerra se da por medios no convencionales podemos observar como la contrainsurgencia es también una forma de gobierno basada en la pacificación previa, en modificar el terreno considerando que todos son potenciales insurgentes y haciendo uso del conocimiento del terreno para operaciones de mercado/militares.
Si bien use el ejemplo del Istmo de Tehuantepec porque ha sido dónde he analizado mucho de lo aquí dicho casos muy similares hay por todos lados:
Cuándo la minera caballo blanco pretendia instalarse era común escuchar a la gente de las poblaciones cercanas hablar de gente armada rondando, de los contratos abusivos y las distintas técnicas de la compañía por ganar a la gente sin realmente proporcionar información, además de la obvia complicidad del Estado (en este caso de veracruz) y sus instituciones.
Otro caso es el Narco que cumple mutiples funciones:
Desestabilizar poblaciones para la posterior incursión del ejercito y control de la zona.
Excusa para la militarización de la policía convirtiendolos en comandos de la muerte armados hasta los dientes con equipo de lujo.
Grupos para ejecuciones extrajudiciales (cuando no son las otras fuerzas aramadas las que relizan el trabajo).
Con todo esto quisiera invitar a la reflexión y discusión, no sólo en foros, semianarios u otras actividades más formales, sino en casa, con quienes nos rodean, con alguien que queramos compartir esto:
Vivimos en un marco de guerra, que nos demos cuenta de ello no es muy reelevante para quien pretende exterminarnos: Hay una cantidad ridicula de megaproyectos por entrar desde las costas hasta las sierras y existen muchas poblaciones inconformes con ello, algunas de ellas rebeldes como los caracoles zapatistas, también hay gente harta de vivir en el campo y que quiere todos los lujos y servicios de la ciudad… Pero si nos detenemos un poco a pensar que desde la ONU hay gente diciendo que el problema del calentamiento global viene por la sobre-población no creo que debamos esperar mucho apoyo de las instituciones cuándo las crisis climáticas empeoren, o cuando alguna compañía empiece a detonar el suelo, perforar cosas o construir alguna superestructura cerca de nosotros.